Tierras con prontuario por Salud Hernández

Tierras con prontuario

 15 de Diciembre del 2012

La Justicia es mediática, ligera y selectiva y adquirir tierras en determinadas zonas de este país se volvió una actividad de alto riesgo.

Interesante el Foro agrícola convocado por Farc y Gobierno que comienza mañana en Bogotá. Estoy ansiosa por escuchar la contribución al desarrollo rural del producto que más cultiva la guerrilla: las minas anti-personales. Su siembra por todo el país seguro saca de la miseria a poblaciones enteras. Igual de fascinante será conocer la incidencia del secuestro y las vacunas a los agricultores y ganaderos en la redistribución de la riqueza. No son los únicos que luchan por la Colombia rural. Los gobiernos de turno también lo hacen: no hay más que ver las trochas inmundas, la inexistencia de centros de acopio, la pésima educación, la falta de industria relacionada, el abandono a los gremios afectados en las distintas aperturas económicas.

Incluso, la Justicia pone su granito de arena. Antes por omisión a la hora de investigar y perseguir a los que despojaban a los campesinos de sus tierras, y ahora por acción.

La Corte Suprema apresó a la senadora Dilian Francisca por ser socia de una empresa familiar que compra y vende fincas y que, supuestamente, lava dineros del narco. Lo curioso y peligroso del caso es la arbitrariedad con que actúan los togados y el mensaje que envían a los inversores. Intentaré explicar el embrollo.

Un señor tenía una finca enorme, La Milagrosa. Cuando se murió, sus siete herederos la dividieron en partes iguales. Luego, tres de ellos vendieron a una empresa (Interorbe) y los otros cuatro, a un señor (Ignacio Álvarez M.). Eso ocurrió entre los años 95 y 97. Poco después, tanto Álvarez M. como Interorbe venden sus propiedades a tres compradores sobre los que no hay sospechas. Entre el 2004 y el 2005 las tierras vuelven a cambiar de manos. La empresa de la que la senadora es socia y su esposo el fundador y jefe adquiere una parte, y el ingenio Manuelita, otra.

Hasta ahí, nada extraño. ¿Dónde empieza lo sinuoso? 1) El señor Álvarez M. fue condenado por lavado de dinero el año pasado. 2) La Corte Suprema piensa que Interorbe pertenece a Phanor Arizabaleta y que Dilian es su lavandera. El narco, preso en Bogotá, declaró en la Corte que ni conoce a la senadora ni sabe nada de Interorbe.

¿Por qué digo que es sinuoso? 1) La empresa de la senadora compró con un crédito de Bancolombia y pagó con cheques de gerencia. El banco averiguó la finca y dio el visto bueno. Si la senadora lava, el banco es cómplice.

2) Si el señor Álvarez M. es lavador e Interorbe es de Phanor, deberían detener a todos los que les vendieron o les compraron, lo que incluye a los herederos del dueño original, a los que tuvieron las tierras entre el 97 y el 2004. Incluso, a directivos de Manuelita, lo que sería un exabrupto completo.

3) La empresa de Dilian Francisca vendió su parte al ingenio Providencia. ¿No tendrían que detenerlos por seguir la cadena de lavado?

4) Si la empresa de la senadora lava plata, antes de detener a la socia lo normal sería meter preso a la cabeza, es decir, a su esposo. Pero aquí primero la encarcelan a ella y después compulsan copias para que lo investiguen a él.

Yo no hablo aquí de qué tipo de enjuagues hace Dilian Francisca en la politiquería valluna. Lo que sostengo es que la Justicia es mediática, ligera y selectiva y que adquirir tierras en determinadas zonas de este país se volvió una actividad de alto riesgo. Que le pregunten si no a Efromovich, que compró en el Cesar y lo acusaron de promover un Ejército antirrestitución de tierras, grupo armado que solo existe en la imaginación de los denunciantes.


Alguien debería proponer en el Foro la creación de un pasado judicial de cada predio, emitido por la Fiscalía, que garantice que si uno compra una finca no termina envainado por lo que hicieron sus antiguos propietarios.

Salud Hernández-Mora